Cambio Climático



La Paleoclimatología estudia las características climáticas en el planeta Tierra a lo largo de miles de años; señala las variaciones climáticas y sus causas; analiza las características del clima, y es parte de la Paleogeografía que se ocupa de la reconstrucción de las condiciones geográficas en la superficie terrestre a lo largo de los tiempos geológicos.

Llamamos cambio climático a la modificación del clima respecto de su historial a escala regional y mundial, atribuida a las actividades humanas que alteran la composición atmosférica y la variabilidad climática natural. Estamos frente a un cambio climático provocado por la actividad humana que ha alterado los componentes del sistema que crea el clima. De esta alteración por actividades humanas han surgido gases de efecto invernadero que modifican las condiciones atmosféricas y evitan se congele el agua en los polos de planeta Tierra. Un gas de efecto invernadero (GEI) absorbe y emite radiación dentro del rango infrarrojo (radiación electromagnética y térmica de mayor longitud de onda que la luz visible) y propicia aumento de calor que produce el cambio climático. Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan, la temperatura en el planeta Tierra subiría tanto que el calor excesivo dañaría aún más los ecosistemas, la biodiversidad y la vida humana en el planeta Tierra.

Los gases de efecto invernadero son:

  1. Vapor de agua (H2O). Las actividades humanas no añaden ni quitan vapor de agua a la atmósfera, pero modifican las características atmosféricas. El vapor de agua que se presenta de manera favorable e inocua en la naturaleza, retiene y emite calor en la atmósfera. Las actividades humanas producen calor en exceso que se suma al calor natural en la atmósfera contribuyendo al efecto invernadero causante del calentamiento global y del cambio climático que pone en riesgo la vida en el planeta Tierra.

  1. Dióxido de carbono (CO2), es el elemento que más contribuye al efecto invernadero causante del cambio climático, debido a las actividades humanas relacionadas con el uso de combustibles fósiles para generar energía eléctrica y automotriz fundamentalmente. El dióxido de carbono deja pasar los rayos solares a la Tierra, pero el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera, impide la salida de rayos solares y su calor al espacio y quedan en la Tierra aumentando la temperatura y produciendo calentamiento global y cambio climático.

  1. Metano (CH4),  es el segundo elemento que más contribuye al efecto invernadero. Se produce mediante bacterias que se alimentan de materia orgánica en ausencia de oxígeno. El gas metano se emite a partir de la formación de combustibles fósiles, estiércol del ganado, suelos en cultivos de arroz donde la materia orgánica se descompone en ausencia de oxígeno, vertederos o rellenos sanitarios.

  1. Óxido Nitroso (N2O) se libera a la atmósfera naturalmente de océanos y bacterias en suelos de selvas tropicales, pero el exceso de este elemento es producido por actividades humanas como el uso de fertilizantes nitrogenados, combustibles fósiles y la producción química industrial. El óxido nitroso en la atmósfera da origen a la lluvia ácida.

  1. Clorofluorocarbonos (CFC) son gases de efecto invernadero que no se presentan naturalmente en la atmósfera. Han sido creados por la humanidad para la producción industrial y atrapan hasta 22 mil veces más calor que el dióxido de carbono (CO2), y pueden permanecer en la atmósfera durante miles de años. Los Clorofluorocarbonos son los responsables principales del adelgazamiento de la capa de ozono en la atmósfera. Se utilizan en: producción de frío en la industria frigorífica, elaboración de plásticos como poliuretano y poliestireno, obtención de propelentes para productos en aerosol, y en la fabricación de solventes.

  1. Hexafloruro de azufre (SF6) intensifica el efecto invernadero; tiene potencial alto de calentamiento global, y tiempo de vida elevado. Se emplea en: aplicaciones electrotécnicas como gas aislante; en la desgasificación del aluminio; en procesos siderúrgicos de fusión de magnesio y sus aleaciones; en procesos de plasma en la industria electrónica.

Los gases de efecto invernadero absorben radiación infrarroja térmica, acumulan calor en la atmósfera y cambian el clima mundial. Es bien sabido que la combustión de derivados de petróleo, la deforestación, el manejo inadecuado de la basura y los procesos industriales, son causa de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La actividad humana influye cada vez más en el clima y en las temperaturas globales. Las enormes cantidades de gases producidos por actividades humanas se añaden a los gases que se liberan naturalmente a la atmósfera y de esta forma se crea el efecto invernadero y el calentamiento global que dan origen al cambio climático que pone en riesgo la vida en el planeta Tierra. Los gases de efecto invernadero en la atmósfera actúan como el cristal que cubre un invernadero donde se desea retener el calor del sol y la humedad.

La combustión de carbón mineral, combustoleo y gas natural para obtener calor y vapor de agua necesarios para mover las turbinas que generan electricidad en las plantas termoeléctricas, produce cantidades enormes de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el óxido nitroso. La destrucción de humedales, la tala de selvas tropicales y de manglares que absorben gran cantidad de dióxido de carbono (CO2) provoca la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera y de esta forma se pierde el efecto benéfico de árboles y suelos, porque el carbono que estaba capturado y almacenado en los troncos de árboles y en la matetia orgánica de los suelos, se libera a la atmósfera y aumenta el efecto invernadero al unirse con el oxígeno atmosférico.

Actualmente la temperatura media mundial es 0.85 ºC superior a la de finales del siglo XIX desde que empezaron a registrarse las temperaturas en el año 1850. Un aumento de 2 ºC con respecto a la temperatura de la era preindustrial causaría catástrofes que comenzamos vivir en el medio ambiente global. Internacionalmente se reconoce la necesidad de mantener el calentamiento global por debajo de 2 ºC. Los cambios atmosféricos por actividades humanas, modifican la distribución de energía y el equilibrio térmico; alteran profundamente el clima y ponen en riesgo la vida.

Autor:

Jorge Alejandro DelaVega.

Referencias:

America's Climate Choices: Panel on Advancing the Science of Climate Change; National Research Council (2010). Advancing the Science of Climate Change. Washington, D.C.: The National Academies Press. ISBN 0-309-14588-0

Bradley, Raymond S. 1985. Quaternary paleoclimatology : methods of paleoclimatic reconstruction (Boston: Allen & Unwin) ISBN 0-04-551067-9, ISBN 0-04-551068-7

Bibliografía:

Hansen, James (2007), «Scientific reticence and sea level rise», Environmental Research Letters (en inglés) 2 (2): 0204002, ISSN 1748-9326, doi:10.1088/1748-9326/2/2/024002

Crowley, Thomas J.; North, Gerald R. (1988), «Abrupt climate change and extinction events in Earth history», Science (en inglés) 240 (4855): 996-1002, ISSN 1095-9203, doi:10.1126/science.240.4855.996

Hughes, Lesley (2001), «Biological consequences of global warming: is the signal already apparent?», Trends in Ecology and Evolution (en inglés) 15(2): 56-61, ISSN 0169-5347, doi:10.1016/S0169-5347(99)01764-4

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