Kabbalah



En el judaísmo, el conocimiento de la Torah, Tanakh o Antiguo Testamento, se expresa en cuatro niveles: el primer nivel “Peshat”, considera lo literal, textual, útil para definir el carácter práctico de la comunidad judía en la biblia; el segundo nivel “Remez”, es la interpretación de los símbolismos en el texto bíblico; el tercer nivel “Drash”, es el estudio profundo del texto en la literatura de “Drash” llamada “Midrash” que sólo expertos en el estudio de Midrash comprenden y explican; el cuarto nivel ”Sod”, que significa "secreto", se ocupa directamente de las cuestiones sobre el Creador, la creación y el alma. Este cuarto nivel de la Torah se conoce como Kabbalah ("Recepción).

Los cuatro niveles Peshat, Remez, Drash y Sod dan lugar al término PaRDeS que en hebreo significa “huerto”, “paraíso”. En el Talmud se advierte a maestros de “Sod” (Kabbalah) de los riesgos de iniciar a sus discípulos en niveles profundos de la PaRDeS.

Los textos fundamentales de Kabbalah se encuentran en El Zohar “Libro del Esplendor” que se atribuye al rabino y maestro talmúdico del siglo II Shimon bar Yochai; también lo atribuyen a Moisés de León en España durante siglo XIII. Kabbalah fue estudiada mayormente en el siglo XIII y tuvo resurgimiento en el siglo XVI durante la época de Yosef Caro (Joseph ben Ephraim Caro), rabino, teólogo, jurista y escritor judío sefardí.

Debido a la expulsión de judíos en España, Kabbalistas fueron a la ciudad de Safed en el norte de Israel y la convirtieron en el centro principal para el estudio de Kabbalah. Yosef Caro pertenecía a este círculo de Kabbalistas que incluía a los rabinos Moisés Cordovero (1522-1570); Shlomo Alkebetz (1500-80); Hayyim Vital Calabrisi (1543-1620) y el gran Kabbalista de Safed el rabino Isaac Luria (1534-72) conocido como el “Ari” que introdujo en Kabbalah el concepto "Tikkun Olam" que significa reparar el mundo mediante la unión entre personas a nivel conciencia cumpliendo lo establecido en la Torah y en las Mitzvot (mandamientos) para que el Tikkun Olam sea completo y el mundo sea redimido. La característica particular del concepto Luriánico radica en la urgencia de estudiar la Torah y cumplir los Mitzvot. La Torá y las Mitzvot, según Luria, no son un asunto privado entre judíos y el Creador, sino la esencia para redimir a la humanidad.

Una idea notable de Luria que transforma la forma de percibir los Mitzvot (Mandamientos), es su indicación de que cada vez que alguien cumple un Mitzvá (Mandamiento) se presenta una chispa de Luz sagrada que nos ubica un paso más cerca del Creador y de la redención del mundo. Esto da sentido a un mundo turbulento y difícil, todavía no redimido, y al judío lo ubica como parte activa de esta realidad en compromiso con la Torah y los Mitzvot. En este sentido, indicar que los judíos podrían desempeñar un papel relevante en la formación no sólo de su futuro, sino del futuro del mundo, resultó radical, atrevido y embriagador, particularmente para aquellos judíos que todavía estaban obsesionados por su expulsión de España. Los místicos de Safed, además del estudio de Kabbalah crearon ceremonias y oraciones. El rabino Isaac Luria compuso su propio Siddur (libro de oraciones). Luria explicó que originalmente hubo doce puertas para llegar al Creador y a la salvación, y que cada una de las doce tribus judías tenía una puerta y una oración particular para rezar en su puerta, pero debido al exilio y a la dispersión de las doce tribus judías alrededor del mundo, no se sabe ya quiénes pertenecen a qué tribu ni cuál oración debe ser utilizada. Luria pretende remediar esto incorporando a su Siddur elementos clave de cada una de los doce tribus y de sus oraciones. Se dice que el Siddur de Luria es la llave de la decimotercera puerta a través de la cual las oraciones de cualquier devoto llegan al Creador.

Una de las ceremonias más conocidas que se desarrolló en el círculo místico del siglo XV en Safed fue el de Kabbalat Shabbat, una hermosa ceremonia de recepción de Shabat (sábado) basada en la tradición judía de que el Shabbat es semejante a una reina y reciben su llegada con canto y oración. En su forma original, los místicos, los viernes por la tarde cuando el sol comenzaba a ponerse, se vestían de blanco y salían a los campos a dar la bienvenida a la reina del Shabbat. Cantaban seis salmos que representaban cada día de la semana que había pasado y concluían con un séptimo salmo en honor al Shabbat, día de descanso. El cabalista Shlomo Alkebetz, compuso un canto llamado Lecha Dodi que lleno de anhelo daba la bienvenida a la Reina del Shabbat deseando un mundo tranquilo y santo donde la gloria se restaura al pueblo judío y a la ciudad santa de Jerusalén. Fué tan poderosa la ceremonia Kabbalat Shabbat que se propagó en cada comunidad judía como parte de la vida, aún cuando la mayoría de los judíos no eran místicos. Es todavía posible imaginar a esos místicos, vestidos de blanco en los campos, bajo el sol aún brillante sumergiéndose detrás de las montañas. Hoy, por razones prácticas, la ceremonia se realiza en sinagogas.

Autor: Jorge Alejandro DelaVega.

Referencias:

“A Brief Guide to Judaism Theology, History and Practice”, Naftali Brawer, Robinson.

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