Ciencia Ambiental


La ciencia ambiental como bien público global es fundamental en la democracia. La naturaleza es un bien público, es parte de nosotros, es nuestra realidad. Somos parte de la naturaleza. Nuestras vidas dependen de la naturaleza. Nada para vivir hemos traído de Júpiter, la Luna o Marte. Todo para vivir lo hemos extraído de nuestro planeta Tierra que agoniza debido a nuestros deseos y actividades extractivas.

La creación de una política pública ambiental, depende de la interrelación entre sectores políticos donde las decisiones fluyen. Una política ambiental es posible mediante la coordinación, coherencia y trabajo interdisciplinario intenso entre sectores que se entrecruzan durante la creación de una política ambiental basada en la ciencia ambiental como bien público global.

Una política pública es un plan para alcanzar un objetivo de interés público; es lo que los gobiernos deciden hacer o no hacer; es un conjunto de actividades en forma de programas, estrategias, procedimientos, leyes y reglamentos dirigido hacia un objetivo. Una política pública está conformada por decisiones destinadas a resolver problemas y a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La creación de una política pública llevada a cabo por el gobierno incluye la identificación del problema; la formulación de la solución; la toma de decisiones; la implementación y la evaluación de las acciones y decisiones.

En la creación de una política pública ambiental con visión en la ciencia como bien público global, habría que considerar lo siguiente:

1. Comprender y responder a las oportunidades y desafíos que plantea la revolución digital para la ciencia y la sociedad.

2. Enfocarse en el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable que apuntan a reducir la desigualdad y la pobreza; promover la prosperidad y la paz; proteger nuestro planeta; y alentar la unidad mundial donde el conocimiento científico desempeñe un papel importante en la identificación de vías transformadoras hacia el uso sostenible y equitativo de los recursos planetarios.

3. Fortalecer el uso de evidencia científica en políticas y acciones públicas mediante estructuras institucionales sólidas, habilidades y competencias que promuevan el intercambio de conocimientos, contrarresten la información errónea y apoyen las relaciones de confianza entre la ciencia y la población.

4. Fomentar el progreso de la ciencia y los beneficios que proporciona al responder a las demandas sociales y a los desafíos actuales.

5. Propiciar sistemas científicos abiertos y ágiles que salvaguarden la libertad científica y promuevan la responsabilidad, el rigor y la relevancia científica.

6. Considerar que la educación es saber convivir y que la transmisión de conocimientos a los alumnos en las escuelas no enseña a convivir.

7. Saber que ningún país, ni nuestro planeta Tierra, pueden sustentar un crecimiento poblacional sostenido indefinidamente.

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Jorge Alejandro DelaVega L.

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