Retórica Sofista
La interconexión comunicadora en todas las formas de vida se presenta. En la humanidad las palabras, la retórica, se convierten en esfuerzos por comunicarse. El lenguaje en la retórica es egocéntrico; concentra esfuerzos en persuadir, manipular objetiva o subjetivamente asuntos públicos.
La retórica de los sofistas enseñaba a triunfar en la política, en el arte de hablar en público; sus enseñanzas tenían un fin práctico: saber desenvolverse en los asuntos públicos. Los griegos: Protágoras (480-410 a. C.), Gorgias, Hipias, Pródico, Trasímaco, Critias y Calicles fueron sofistas.
La primera exigencia de los sofistas era el dominio de las palabras para persuadir a otros: "convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles" decía Protágoras; "con palabras se puede envenenar y embelesar" decía Gorgias. Se trataba de dominar con argumentos engañosos. El sofismo está al servicio de los intereses del que habla. Platón decía que el sofismo es "la captura de almas".
Platón criticó a los sofistas por su formalismo y sus trampas dialécticas al pretender tener derecho a enseñar la virtud desde el discurso retórico. Los argumentos y raciocinios falsos del sofista tratan de provocar error y confundir al contrario. El sofisma tiene apariencia de verdad; es falacia intencional que engaña enunciando una inferencia errónea, no válida. Los sofismas circulan y se imponen por la autoridad de un personaje famoso generalmente.
Aristóteles en el siglo IV a. C. en su tratado sobre la persuasión "La Retórica" o "Ars Rhetorica", nos muestra a través de la crítica platónica que la retórica en Gorgias (386 a. C.) Es inmoral, peligrosa e indigna de un estudio serio. Aristóteles, veía en la retórica y en la poesía manipulación de las emociones y omisión de las acciones. Platón, discípulo de Aristóteles, atribuyó el arresto y la muerte de Sócrates a la retórica sofística.
Autor: Jorge Alejandro DelaVega L.
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