Se habla mucho de las consecuencias de la desigualdad y de la pobreza en el mundo, y muy poco de las causas de la desigualdad y de la pobreza. Al terminar con la pobreza tendríamos como consecuencia la reducción de la desigualdad. Jean Jacques Rousseau en su “Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres” (1754), indica que la desigualdad moral en las sociedades es la causa de las desigualdades en el poder y en la riqueza establecidas por convención. Para Rousseau, la sociedad civil es una trampa perpetuada para que los poderosos puedan conservar su poder y riqueza sobre los débiles. En matemáticas hay igualdad donde dos expresiones, iguales o distintas, denotan el mismo objeto matemático. Animales de especies cuyos individuos se interrelacionan, son sensibles a las desigualdades: los chimpancés se molestan cuando reciben un premio menos sabroso que el del compañero. Los humanos nos molestamos cuando el reparto es injusto; estamos contentos
¿Por qué Jerusalem se llama Jerusalem? “Ursalim” es la primera referencia sobre Jerusalem confirmada en las “Cartas de Amarna” escritas en tablillas de arcilla con temas diplomáticos en forma de correspondencia entre la administración egipcia y sus representantes en Canaán, región semítica en el antiguo oriente 2000 a.C., y Amurru, reino Amorita establecido 2000 a.C. en lo que hoy es el noroeste de Siria y norte de Líbano. Las cartas fueron encontradas en Amarna, Alto Egipto, antigua capital egipcia de Akhetaten (el-Amarna), fundada por el faraón Akhenaton. Las “Cartas de Amarna” son inusuales en la egiptología, porque están elaboradas en escritura cuneiforme acadia de la antigua Mesopotamia, en lugar de la escritura del antiguo Egipto. Son más de trescientas tablillas de arcilla cuya información escrita abarca un período de al menos treinta años. EA 161, carta de Aziru, líder de Amurru (hoy Líbano) exponiendo su caso al faraón en una de las cartas de Amarna en escritura cuneifor
Durante 50 años observando detalladamente a los simios, Jane Goodall revolucionó nuestro conocimiento sobre la conducta de los chimpancés. Hace cincuenta años, Jane Goodall, una esbelta joven inglesa caminaba por una reserva de bosques tropicales en Gombe, Tanzania, cuando se encontró frente a una silueta oscura encorvada sobre un nido de termitas. Era un gran chimpancé macho que buscaba comida. Jane Goodall se detuvo y observó al chimpancé mientras el chimpancé tomaba cuidadosamente una ramita, la doblaba, le quitaba sus hojas y la metía en el nido de termitas como si fuera cuchara. El chimpancé sacaba del nido la ramita llena de termitas que ponía en su boca para comerlas. Fué una observación científica relevante atestiguar como una criatura que no era humano, no sólo usaba, sino fabricaba una herramienta en ese momento para comer termitas. “Supe que la característica para definir a los humanos, no es su capacidad para utilizar y fabricar herramientas como me habían dicho en la
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